La Estatua de la Libertad es uno de los monumentos más emblemáticos y reconocidos a nivel mundial. Su atractivo radica en varios aspectos:
Simbolismo histórico y cultural: La estatua es un símbolo poderoso de la libertad, la democracia y la bienvenida a los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos, especialmente a Nueva York, durante los siglos XIX y XX. Fue un regalo de Francia en 1886, conmemorando el centenario de la independencia de Estados Unidos. Representa la libertad que los inmigrantes buscaron al llegar a América.
Vistas impresionantes: Subir hasta la corona o simplemente pasear por la isla donde está ubicada, te permite disfrutar de vistas espectaculares del puerto de Nueva York, la ciudad misma, y el famoso skyline, incluyendo el Puente de Brooklyn. También se tiene una gran vista de la cercana isla de Ellis, que fue el lugar donde muchos inmigrantes fueron procesados antes de ingresar al país.
El valor arquitectónico: La estatua es una obra maestra de ingeniería, construida con una estructura interna diseñada por Gustave Eiffel (el mismo ingeniero que diseñó la Torre Eiffel). La escultura en sí mide 46 metros de altura, y con su pedestal alcanza los 93 metros, lo que la hace impresionante desde cualquier ángulo.
La experiencia educativa: Muchos turistas disfrutan de las exposiciones en el Museo de la Estatua de la Libertad, que ofrece una mirada más profunda sobre su historia, la inmigración y su significado para Estados Unidos. Es una experiencia educativa sobre la historia de la nación y sus valores.
Hubo un intento muy famoso de subir a la Estatua de la Libertad de forma ilegal. Esta anécdota ocurrió en 1982, cuando un hombre llamado George Willig, un alpinista y escalador aficionado, decidió escalar la estatua.
Lo increíble de su hazaña fue que subió sin permiso por el costado de la estatua, usando únicamente sus manos y pies, como si fuera una pared de roca. Él escaló el monumento hasta llegar a la corona, lo que es una gran hazaña técnica, ya que la estatua tiene una superficie muy difícil de escalar, debido a sus placas de cobre y la forma de su estructura.
